La costa guipuzcoana y el bodyboard firmaron ayer un histórico convenio en la Isla Reunión. El mejor embajador del corcho vasco, Alex Uranga, consiguió al mismo tiempo colocar en el planeta bodyboarder la localidad de Zumaia y atraer con imágenes espectaculares hacia la modalidad a toda esa chavalería que desliza sus sueños sobre olas.
Mientras la comunidad internacional admiraba el desparpajo de un desconocido rider que se coló desde los triales (las mangas previas que sirven para repartir invitaciones) en un evento de primer nivel mundial, la cantera euskaldun encontraba un nuevo filón para explotar sus habilidades encima de las olas.
Alex Uranga alcanzó ayer el techo del bodyboard más exquisito del planeta. Ganó uno de los ocho eventos del Grand Slam Series que reúne a las máximas estrellas de la disciplina, los 24 más laureados del momento, iconos todos ellos de una industria prolífica en las costas de Hawai, Brasil o Australia, el primer mundo para el universo de la tabla.
Además de ganar, deslumbró. Tras dos días sin competición en los que recuperó parcialmente su dañado hombro y recobró en parte su semblante tras el accidente de la segunda ronda -se chocó contra el fondo tras un invertido- entró ayer al agua en cuartos de final, donde se deshizo con autoridad del australiano Michael Novy con una puntuación de 15,05 frente al 12,65 de uno de los favoritos.
Minutos más tarde volvió al mar. En frente, Dave Winchester, otro capo australiano, flamante vencedor en modalidad Drop Knee del último Grand Slam, el Sintra Portugal Pro. Otro pellizco. Esta vez la actuación del zumaiarra rozó la perfección en un tubo que le valió un nueve alto. ¡Y la final! Su puntuación definitiva fue de 16,10 frente al 15,30 de la figura australiana.
En la última y más preciada manga del campeonato, con miles de ojos atónitos posados sobre la energía contagiosa del guipuzcoano, Uranga culminó la proeza. Además del talento demostrado durante todo el evento, lució esta vez el temple y la sangre fría de los campeones.
Marchó por detrás en la puntuación durante muchos minutos, y a falta de tres, arriesgó sobre una ola de poco más de metro y medio, lo que los jueces supieron valorar con la puntuación suficiente para encumbrar a la revelación de la semana. El resultado (15,25-14,85) refleja la emoción de la final.
Tras una alegría que «no soy capaz de expresar con palabras», comentó un emocionado Uranga, el nuevo héroe del bodyboard internacional salió del agua a hombros de su hermano Manu, con una ikurriña en el cuello. Reconoció que «ahora me vienen muchos momentos a la cabeza» y dedicó el triunfo a «todos los que han creído en mí hasta ahora», los mismos que ya preparen una emotiva bienvenida al campeón. Prevé aterrizar por casa el próximo fin de semana.
Antes de la jornada de ayer ya tenía asegurada su participación la próxima temporada en el GSS, Grand Slam Series, élite formada por los 24 mejores bodyboarders del mundo, pero con su victoria se aupa también al liderato de la clasificación en el GQS, Global Qualifying Series, el siguiente mejor circuito, con 4.000 puntos.
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